jueves, diciembre 27, 2007

Japón baja la nota


La educación japonesa baja la nota
El informe PISA refleja una pérdida de nivel de los escolares
A pesar del descenso, Japón sigue primero entre los grandes países
Jordi Juste
La capacidad académica de los estudiantes japoneses baja, aunque siguen estando en el grupo mundial de cabeza. Este podría ser un resumen de los resultados del recientemente publicado informe PISA para 2006, que analiza la capacidad académica de los estudiantes de bachillerato de 57 países, 30 de ellos miembros de la OCDE.
“El informe en sí no es preocupante, pero el nivel escolar básico está bajando. Hay que completar los conocimientos fundamentales. No digo que se meta a los niños en la cabeza una gran cantidad de conocimientos, sino que tienen que dominar la lectura, la escritura y el cálculo antes de poder aplicarlos”, afirma Yuzo Ueda, profesor de Ciencia en un instituto público de Ayabe, una zona rural de la provincia de Kioto.
Muy por encima de España
Sextos en conocimiento científico, décimos en matemáticas y decimoquintos en lectura son unas clasificaciones que ya quisiera para sí España, que se sitúa en los puestos 31, 32 y 35, respectivamente. Y sin embrago, en Japón han avivado el debate sobre la educación porque representan un retroceso respecto al informe de 2003. Ya entonces el documento mostraba una caída en el nivel académico y el gobierno decidió rectificar parcialmente su política de yutori kyoiku (educación holgada), que había recortado poco antes los contenidos mínimos de las enseñanzas obligatorias para aligerar la carga de unos estudiantes que se consideraban entre los más estresados del mundo.
“No se puede decir que la culpa sea del yutori kyoiku, El resultado no puede cambiar espectacularmente en 3 años. Si se cambia el sistema cada 3 años sí que empeorará. Cuando se opta por uno, se tiene que aplicar durante el tiempo suficiente para poder evaluar sus efectos”, afirma Megumi Unoki, profesora universitaria de francés y madre de un alumno de bachillerato.
Responsabilidad social
Por su parte, el profesor Ueda señala que la bajada del nivel académico no es responsabilidad exclusiva de la escuela: “En el apartado de conocimientos científicos la posición de los países del norte de Europa ha mejorado porque ahí les preocupa mucho el medio ambiente. El interés y la actitud por los temas cotidianos influyen sobre los niños. Primero, los mayores tienen que tener interés en estas cosas, si no los niños no cambiarán”.
Una opinión similar la expresa una maestra de lengua japonesa de un instituto privado: “El problema es grave y profundo. Hay que ocuparse de la educación de los niños en casa y en la sociedad. Hay que hacer que tengan consciencia de la necesidad y el placer de aprender. En cuanto a la clase de japonés, por ejemplo, no tienen suficiente capacidad para leer ni escribir y, además, no tienen interés en saber cosas nuevas.”
Cuando se habla de la educación en Japón, rápidamente aparecen miembros de las generaciones que se educaron con semanas escolares de seis días afirmando que ahora la escuela es demasiado fácil. Muchos padres complementan lo que consideran una formación insuficiente mandando a sus hijos, por la tarde y los fines de semana, a los juku, escuelas de repaso. Pero estos centros, más que formarlos, los preparan en la habilidad de superar los exámenes de ingreso a universidades famosas, basados en la memorización y la automatización más que en la capacidad de razonamiento.
Un problema básico que refleja el informe PISA es que en Japón hay una gran diferencia entre los estudiantes muy malos y la media. Esto es consecuencia de un rasgo característico de la sociedad japonesa, que valora la cohesión del grupo por encima de la excelencia individual. Por eso muchos alumnos malos van pasando curso sin tener el nivel necesario y pueden incluso llegar a licenciarse en alguna universidad prestigiosa si pasan por uno de sus institutos de bachillerato asociados, que prácticamente garantizan el acceso a la facultad, donde el nivel de exigencia mínimo suele ser muy bajo.
“Nosotros estamos aquí porque fuimos a la escuela afiiliada, pero somos tontos, los inteligentes son aquellos de ahí”, explicaba recientemente un alumno de español de una universidad privada en referencia a parte de sus compañeros, que accedieron después de superar un difícil examen de ingreso.

lunes, diciembre 17, 2007

El Jumbo, la versión japonesa del gordo

14/12/2007 CRÓNICA DESDE OSAKA // JORDI JUSTE
Entre los premios fijos de lotería más grandes del mundo se encuentran el gordo de Navidad español y el Jumbo de Fin de Año, que se sortea en Japón el último día de diciembre. El gran sorteo español es muy difícil de superar, sobre todo en la cantidad global de premios que reparte (más de 2.000 millones de euros en total en el 2006, 300 para el gordo). Sin embargo, en cuanto a la proporción entre la apuesta y lo que se puede llegar a ganar, el Jumbo japonés lo supera con creces. Así, si en España se pueden lograr 15.000 euros por cada euro apostado, en Japón la misma inversión aspira a un beneficio de unos 650.000 euros, ya que el precio del boleto son 300 yenes (menos de dos euros) y el premio máximo es de 200 millones de yenes (1,2 millones de euros) para cada uno de los 74 boletos agraciados.
También en Japón, la lotería de Fin de Año se ha convertido ya en una tradición. El día que se pone a la venta, a finales de noviembre, las televisiones muestran imágenes de colas en los enormes quioscos de venta que se instalan en el centro de las grandes ciudades y adonde acuden los que creen que la suerte hay que irla a buscar. En el resto del país, la lotería se vende sin atropellos en los 15.000 pequeños quioscos permanentes donde, durante todo el año, se pueden comprar los boletos de los sorteos ordinarios de la lotería, de la lotería primitiva y del rasca-rasca.
La lotería resurgió en Japón en 1945, tras un siglo de prohibición, como forma de recaudar dinero para la guerra. Terminada la contienda, los sorteos tenían como objetivo recaudar fondos para la reconstrucción nacional. Su gestión está cedida a un banco (el Mizuho, actualmente), y la mayor parte de los ingresos va a parar a las arcas de los gobiernos provinciales y municipales.
En Japón, además de en la lotería, se puede apostar legalmente en los hipódromos, velódromos, carreras de lanchas y en la quiniela del fútbol. O se puede acudir a las ubicuas salas de pachinko, el híbrido de milloncete y tragaperras en el que se ganan premios en especies que luego se cambian por dinero en una garita que está a la vuelta de la esquina. A parte de estas formas legales de apostar, se juega también con dinero al majong, normalmente sumas modestas, comparables a las que circulan en una mesa de dominó de bar español, pero también en partidas clandestinas donde se barajan grandes cantidades.
Como en España, muchos japoneses que durante todo el año no apuestan, sucumben por estas fechas a la tentación y compran su derecho a soñar con el Jumbo. Por eso el sorteo de Fin de Año representa el 42% de las ventas de lotería entre enero y diciembre. En los casos en que se llega a localizar a los agraciados, entre los comentarios sobre el destino de los millones hay muchos "tapar agujeros" y "pagar deudas", aunque también abundan los que declaran que lo que les ha tocado lo van a ahorrar. Desgraciadamente para algunos despistados, cada año se queda sin cobrar una cantidad sorprendente de billetes premiados; el año pasado, por ejemplo, su importe total fue de casi 7.000 millones de yenes (42 millones de euros).

miércoles, diciembre 05, 2007

Mochitsuki: Saludar el año nuevo con tortas (de arroz)

5/12/2007 CRÓNICA DESDE KIOTO // JORDI JUSTE
A medida que se acerca el fin del año, en Japón se multiplican los mochitsuki taikai, las fiestas populares en las que se elabora una pasta de arroz con la que se confeccionan las tortas (mochi), que luego se utilizarán en la preparación de varios platos tradicionales. No se trata de celebraciones restringidas al Japón rural. Este país produce tecnología punta en muchas áreas de la industria y de la vida cotidiana, pero también mantiene vivas costumbres que anclan al país con su pasado milenario. Ya sea en encuentros de barrio y escuela, ya sea en santuarios sintoístas, desde Tokio hasta la aldea más remota, la gente se reúne para participar en este rito, que muestra la adoración hacia la naturaleza y la importancia del grupo, valores siempre presentes en la cultura japonesa.
Además, el arroz sigue siendo un elemento omnipresente en la vida de los ciudadanos japoneses. Tiene un carácter totémico en la religión y es un elemento básico de la dieta contemporánea. A lo largo del siglo XX, las proteínas animales fueron robando terreno al arroz en los estómagos de los habitantes del archipiélago, pero sigue siendo el acompañamiento básico de la mayoría de comidas. Por esta razón, todas las familias disponen de una máquina que se programa por la noche para que deje el arroz cocido al punto para el desayuno. Por eso, el mochitsuki taikai es mucho más que una fiesta antigua mantenida por puro amor al folclore.
La elaboración del mochi es un trabajo que implica la coordinación de muchas manos. El proceso comienza la víspera, con la limpieza del mochigome --arroz pulido glutinoso-- que se deja en remojo durante toda la noche. Por la mañana, se cuece hasta que queda bien pegajoso y listo para disponerlo en el usu, un gran mortero, fabricado generalmente de piedra. Entonces comienza la parte más importante y espectacular del proceso, en la que se turnan dos personas: una golpeando sobre el arroz con el kine --una enorme maza de madera (foto)-- y otra que aprovecha los instantes en que aquella se levanta para darle la vuelta con las manos a la masa, cada vez más pegajosa. La operación requiere de fuerza física, rapidez y una gran atención, ya que un descuido puede fácilmente provocar heridas dolorosas o generar astillas que se mezclen con el arroz y lo dejen en estado incomestible.
Se trata de un trabajo duro e intenso, por lo que los participantes en la fiesta se van turnando, normalmente los hombres con la maza en las manos y las mujeres con la masa. A medida que adquiere la textura se va separando para darle una forma parecida a nuestros panecillos redondos. Luego estos se añaden al zenzai, una sopa de judías rojas dulces que se reparte muy caliente entre los asistentes. Hay que tener cuidado de masticar bien el mochi, ya que es muy fácil atragantarse y cada año, en enero, tras las comilonas de Año Nuevo en las que el mochi es un elemento insustituible, los medios de comunicación dan cuenta de varios muertos por esta causa, generalmente gente mayor. Toda una paradoja si se tiene en cuenta que las tortas de arroz simbolizan en este país la energía necesaria para afrontar el nuevo año que se avecina.

lunes, diciembre 03, 2007

Pensiones en el aire

3/12/2007 CRISIS EN EL SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL NIPÓN
• El Gobierno japonés no sabe a qué contribuyentes corresponden 50 millones de cuotas pagadas a la Seguridad Social
• El país tiene 30 millones de jubilados
JORDI JUSTE.KIOTO
El Gobierno japonés tiene como uno de sus objetivos más inmediatos la reorganización del sistema de pensiones y la solución del caos que llevó a que se perdieran los datos de 50 millones de cotizaciones. Un informe oficial indica que será imposible averiguar la identidad de los cotizantes en un 40% de los casos. La salud del sistema preocupa especialmente a los japoneses, ya que en el país, casi uno de cada cuatro ciudadanos es pensionista.
La incapacidad del exprimer ministro Shinzo Abe para hacer frente al problema fue la causa de la derrota de su partido en las elecciones al Senado de julio, y acabó costándole el puesto. Poco antes de abandonar, Abe nombró como ministro de Seguridad Social a Yoichi Masuzoe, un comentarista convertido en político crítico con el Gobierno. "Antes de ser ministro, recibí muchas cartas de votantes cuyas vidas se han visto gravemente afectadas porque no están recibiendo aquello por lo que pagaron con un dinero que les costó mucho ganar", dijo Masuzoe.
El sucesor de Abe, Yasuo Fukuda, ha decidido mantener a Masuzoe en el cargo y confiarle gran parte de su futuro político. "Entiendo que los problemas sobre las pensiones han erosionado la autoridad del Gobierno. Me gustaría hacer lo posible para devolverle la dignidad", explicó Fukuda.
En el sistema de pensiones japonés existe un programa básico común al que tienen que contribuir todos los mayores de 20 años, y planes complementarios para grupos de profesionales, como los empleados de las empresas privadas, los funcionarios y los enseñantes. Las cotizaciones actuales pagan las pensiones presentes, por lo que preocupa la viabilidad en el futuro, cuando más de la mitad de los japoneses estén jubilados.
Reforma del 2004
En el 2004 se aprobó una reforma que aumentó las cotizaciones y la parte que se financia con aportaciones del Estado. Además, en esa ocasión se descubrió que muchos personajes públicos, entre ellos el primer ministro, Junichiro Koizumi, y su entonces jefe de Gabinete, el propio Yasuo Fukuda, habían dejado de pagar varias cuotas por descuido.Un caso más embarazoso fue el de la actriz Esumi Makiko, protagonista de la campaña con la que la Seguridad Social quería convencer a los ciudadanos para que contribuyeran, pese a que no había pagado.
En los últimos años no han dejado de aparecer escándalos relacionados con las pensiones. Sin embargo, lo que encendió los ánimos de muchos ciudadanos fue la noticia de que se habían perdido los registros de 50 millones de cotizaciones. A la Seguridad Social le consta que dichos pagos se han hecho, pero no sabe a quién corresponden. El caso salió a la luz a partir de una denuncia de un grupo de ciudadanos que reclamaban porque no se les reconocían cotizaciones realizadas.
En julio, cuando el Gobierno reconoció el desastre, el director general de la Seguridad Social, Kiyoshi Murase, salió con su equipo a la calle a repartir octavillas en que se leía Pedimos sinceramente perdón y se daban los teléfonos para consultas. Además, Murase pidió a los 17.000 funcionarios de la agencia y a directivos jubilados que devolvieran parte de sus salarios para pagar por su ineptitud. Él mismo reembolsó los 2,7 millones de yenes (16.000 euros) que le correspondían como paga de verano.
Según el Gobierno, el problema tiene su origen en la unificación, en 1997, de los sistemas de identificación de los ciudadanos. Sin embargo, nadie ha sabido dar una explicación convincente de cómo pueden desaparecer los registros de 50 millones de cotizaciones.

La DS de Nintendo se vuelve omnipresente en Japón


La DS de Nintendo se vuelve omnipresente en Japón
Jordi Juste. Kioto
Varias escuelas japonesas han comenzado a usar la consola portátil de videojuegos DS de Nintendo en sus clases. La entrada de la DS en las aulas es un paso importantísimo para lograr el objetivo de la empresa de consolidarla como un aparato imprescindible para todas las familias japonesas. De momento ya ha dejado de ser sólo un juguete para niños, gracias a una gran cantidad de programas dirigidos a personas de edades, condiciones e intereses diversos.
El futuro de la enseñanza
“Estamos convencidos de que no hay marcha atrás. A partir de ahora hay que cambiar la mentalidad de los profesores. Es una gran ventaja poder usar para la enseñanza un aparatito que hasta ahora no era más que un juguete y que nuestros alumnos ya usaban en sus casas”, explica Ryuichi Yukita, profesor de inglés de la escuela Notre Dame de Kioto, una de las más prestigiosas de Japón, que va a comenzar a usar la DS en sus clases de cuarto de primaria.
Según Yasuhiro Minagawa, responsable de comunicación de Nintendo, en otra escuela, en la ciudad de Yawata (Kioto), se ha llevado a cabo un experimento durante medio año en que los alumnos usaron cada día cinco minutos la DS con un programa de adquisición de vocabulario de inglés, y el resultado ha sido unas notas un 10% más altas, por lo que han decidido incorporar el aparato a sus instrumentos de enseñanza.
Gran éxito de ventas
La DS de Nintendo ya lleva vendidas 18 millones de unidades en Japón, donde se puso a la venta en diciembre de 2004. La fortuna comercial de la DS y de la consola para televisión Wii han sacado a Nintendo de la difícil situación económica que atravesaba y han convertido a la empresa, basada en Kioto, en la tercera de Japón por su valor en la bolsa, sólo por detrás de Toyota y del banco Mitsubishi Tokyo UFJ.
Más allá del precio (unos 100 euros en Japón), las excelencias técnicas y la conveniencia de su tamaño, la clave del éxito de la DS está en haber incorporado entre sus usuarios a personas muy diversas. El objetivo confesado de la compañía es conseguir que la usen desde niños de 5 años a ancianos de 95, sin diferencia entre sexos. Para avanzar en ese camino ha sido necesario que las empresas de software desarrollaran y comercializaran una gran cantidad de programas.
Entrenar la mente
Una de las aplicaciones más célebres para la DS es el programa Brain Training, diseñado por el doctor Ryuta Kawashima para ejercitar la mente. En Japón más del 20 % de la población supera ya los 65 años de edad, por lo que la preocupación por los efectos del envejecimiento es muy grande. Kawashima y sus libros sobre cómo combatir la demencia ya tenían un gran éxito de ventas, pero la popularidad del programa de la DS ha acabado de convertirlo casi en un mito.
Aunque existen diversas opiniones sobre los efectos reales del uso terapéutico de la DS, en la clínica Uchida de Kioto, especializada en el tratamiento de la demencia, parecen estar convencidos de su bondad. “Hace dos años compramos diez consolas con el programa Brain Training. Juegan enfermos de todas las edades, desde niños hasta viejos. Como no había ninguna garantía médica, no esperábamos ningún efecto, pero hemos visto que muchas familias de pacientes se lo compran cuando les dan el alta, porque ven que les gusta mucho jugar. Creemos que para los enfermos de demencia es muy bueno porque, además de ejercitar la mente, no se juega sólo individualmente y les sirve para comunicarse”, afirma la portavoz Chikako Funamoto.
Cocina, yoga y más
Entre los programas más populares de la DS en Japón están los de cocina, que dictan recetas al ritmo que les indica el cocinero o sugieren el menú del día después de que se les diga de qué ingredientes se dispone. La posibilidad de usar este tipo de software ha empujado a muchas madres a ceder a las peticiones de sus hijos y comprar la consola, que ahora ya no es un juguete que quita tiempo de estudio a los niños sino una herramienta que sirve a todos los miembros de la familia.
Otras aplicacions llamativas son el programa que da consejos de belleza después de añadir datos que afectan a la condición del cutis o el que proporciona, con la ayuda de una cámara, el entrenamiento necesario para conseguir una expresión facial “óptima”. Además, hay programas que sirven para aprender a hacer yoga o pilates siguiendo los movimientos del instructor virtual y anotando los progresos.
A todas estas aplicaciones hay que añadir, por supuesto, los juegos ya clásicos de Nintendo, como Súper Mario o Pokemon, y otros más recientes, como Animal Crossing, en que el jugador crea su mundo virtual. Todos estos programas están logrando captar a los diversos miembros de la familia a la consola y están preparando el terreno para el nuevo salto en la estrategia comercial de Nintendo: pasar de que haya una DS por familia a que cada miembro tenga la suya propia.

domingo, diciembre 02, 2007

El declive de los milloncetes tragaperras

28/11/2007 CRÓNICA DESDE KIOTO // JORDI JUSTE
JORDI Juste En Japón están prohibidas las tragaperras con premios en metálico, pero en cambio abundan las salas de pachinko, un juego nacional resultado de la hibridación de las máquinas de apuestas y las del millón. Se juega con unas bolas de acero que se introducen en la máquina y se disparan accionando un mando con forma de grifo que regula la fuerza del impulso del propulsor. Las pelotitas entran en la pantalla y comienzan a bajar por un laberinto de clavos con algunas puertas que conducen al premio. La recompensa son siempre más bolitas, que se pueden utilizar para seguir jugando o pueden cambiarse en el mostrador por premios como paquetes de tabaco, muñecos, aparatos electrónicos o vales de compra, pero nunca por dinero en metálico. Ahora bien, a la vuelta de la esquina siempre hay una garita donde los regalos que se han ganado en el pachinko se pueden cambiar por dinero.
Para muchos es una metáfora excelente de Japón, el país donde casi nada es exactamente lo que parece y donde una parte relevante de la obra no pasa en el escenario sino entre bastidores. Es solo una interpretación posible. De lo que no hay duda es de que el pachinko es un negocio importantísimo. Según un estudio reciente, los aproximadamente 13 millones de jugadores regulares generan cada año a las 15.000 salas repartidas por todo el país unos ingresos de 27 billones de yenes (unos 170.000 millones de euros). La cifra es enorme, pero no puede ocultar el continuo declive que ha venido sufriendo el sector en las últimas décadas, arrinconado por el envejecimiento de las generaciones que lo hicieron florecer en los años del milagro económico. Se estima que en su máximo esplendor las salas de pachinko atraían a unos 40 millones de jugadores. Las nuevas generaciones de japoneses tienen una mayor oferta de entretenimiento y en general no se sienten atraídas por la estética y el ambiente de los locales de pachinko.
Las salas suelen estar en las inmediaciones de las estaciones de tren o en calles comerciales, pero también las hay en zonas rurales, a veces rodeadas de campos. Invariablemente están en edificios muy llamativos, con neones abundantes de colorido kitsch. En su interior el ruido de las bolas al caer es ya por sí solo ensordecedor, pero lo agrava la voz de los empleados que por la megafonía anuncian la llegada de premios a alguna máquina. Y por si la contaminación acústica no fuera ya suficientemente disuasoria, el aire suele estar cargadísimo del humo del tabaco que muchos jugadores parecen tener asociado al pachinko.La mala imagen que tiene hoy en día este juego entre muchos japoneses se debe también a las informaciones según las cuales una gran parte de las salas de pachinko están controladas por mafiosos, o bien por coreanos y descendientes de coreanos afines a Corea del Norte, país al que se sospecha que han estado remitiendo grandes sumas de capital. Además, nunca faltan los rumores de máquinas trucadas para favorecer a la empresa ni los informes que sitúan estos casinos encubiertos como los responsables de la quiebra de muchas familias.