lunes, diciembre 10, 2012

La dura vida de la primera doctora japonesa



Esta novela de Junichi Watanabe es interesante para conocer la historia de la lucha de las mujeres japonesas para lograr la igualdad a finales de siglo XIX y principios del XX. Es la historia de Ginko, la primera japonesa que logró recibió el título oficial de doctora en medicina. Es interesante también para los que quieran leer sobre las duras condiciones de la colonización de Hokkaido. Como novela, sin embargo, deja con la sensación de que el autor se ha quedado a medio camino en su propósito de llegar al fondo de la personalidad de la protagonista.

Una buena novela del siglo XIX en Deshima, Nagasaki

Hace unas semanas cayó en mis manos Mil Otoños, una novela de David Mitchell de la que no tenía conocimiento. Y fue un hallazgo feliz. A añadir a la lista de buenos libros extranjeros que tienen la historia de Japón como tema o como trasfondo. En este caso se trata concretamente de los comienzos del siglo XIX y el marco geográfico es Deshima, la isla frente a Nagasaki en la que vivían confinados los holandeses, que fueron los únicos extranjeros autorizados a comerciar con Japón durante prácticamente la totalidad de la era de Edo (1603-1868). Más allá del interés que pueda tener para los que siempre queremos saber más sobre Japón, se trata de una novela bien construida y con personajes creíbles.

jueves, septiembre 20, 2012

Japón y China, historia de una enemistad


La manera más sencilla de resumir la milenaria historia de las relaciones entre China y Japón es recordar que China ha aportado muchas cosas positivas a Japón mientras que las aportaciones niponas a la historia china han sido menores y mayoritariamente negativas. O esta es, como mínimo, la interpretación contemporánea y popular del pasado en común de los dos países. No hay que olvidar que por algo el nombre de China significa, también en japonés, país del centro (Chugoku) y que Japón es solo el origen del sol, el país del sol naciente (Nihon). Esa centralidad china es geográfica –al este de Japón está el inmenso océano– y ha sido también cultural y económica durante la la mayor parte de la historia.
Japón es un país insular, un archipiélago fomado por miles de islas, pero su historia se desarrolla a partir de la mayor de las cuatro islas principales, Honshu. Ahí llegan desde el continente los primeros pobladores de raza mongólica y desde allí desplazan hacia al norte a los anteriores habitantes. Los recién llegados del continente traen costumbres que luego desarrollan para trasnformarlas en algo singular, diferenciado del original. Y esa será una constante a lo largo de la historia nipona. La escritura, la religión o muchas costumbres culinarias llegarán a Japón desde China para transformarse en algo distinto, japonés. Por eso los japoneses escriben con carácteres chinos, muchos de ellos profesan ramas chinas del budismo y comen habitualmente una gran cantidad de platos surgidos en China, pero la lengua japonesa tiene poco más que ver con la china que la grafía, la religiosidad japonesa no se entiende sin la aportación del sintoísmo, la religión autóctona, y prácticamente no hay plato chino que los japoneses no hayan transformado, según ellos para mejorarlo.
Las primeras referencias escritas a Japón se encuentran en China en el primer siglo de nuestra era. Hablan de la entrega de un sello por parte del emperador chino al representante de Wa –Japón- que se considera un reino vasallo. A partir de ahí se establece una relación donde el flujo es casi siempre de China hacia Japón. El archipiélago sigue desarrollándose a base de adaptar aspectos de la organización china, como la administración imperial centralizada, pero lo hace de forma independiente. Al mismo tiempo, adopta importantes aspectos culturales que le llegan del continente, entre ellos la escritura antes hacia el siglo V o el budismo a partir del siglo VII. Además, no dejará de mandar estudiantes al continente que volverán a su país con el hatillo repleto de ciencia, filosofía o literatura y tendrán una gran influencia en la vida cultural nipona. Es más que probable que ellos dejaran también alguna huella en la cultura China, pero esta fue poco profunda o se borró con el tiempo.
La primera guerra en la que se ven involucradas China y Japón en bandos rivales se produce en el siglo VII en el contexto de las luchas por la supremacía en la península de Corea. Sin embargo, este conflicto parece un anécdota con la perspectiva de los siglos.  A partir de entonces se establece una relación comercial y cultural fluida entre ambos países con algunos sustos importantes como los intentos de invasión de Japón desde el continente en el siglo XIII por parte de los mongoles. Trescientos años más tarde el intento de ocupación fue en sentido inverso, protagonizado por Toyotomi Hideyoshi, envalentonado después de haber logrado la unificación de Japón.
Siguieron más de dos siglos de reclusión japonesa bajo el régimen feudal de los Tokugawa. Durante este período los intercambios con China fueron mínimos. Pero Japón se despertó de su letargo en 1868 con la Revolución Meiji y se encontró con una China que estaba siendo saqueada por las potencias occidentales. Los líderes nipones se ocuparon primero de asegurar que podían garantizar la independencia de su país; y cuando se sintieron suficientemente fuertes se lanzaron a conquistar la parte de Asia que consideraban que les correspondía. Así llegó la anexión de Taiwán tras la primera guerra sinojaponesa de 1894, la ocupación de Manchuria en 1931 y la guerra de invasión total del país en 1937, tras el incidente de Mukden, del que ayer se conmemoró el 81 aniversario. 
Japón logró subyugar gran parte de China a base de hacer correr mucha sangre, y China forjó su nacionalismo contemporáneo en la resistencia antijaponesa. Terminó la guerra con una enorme herida abierta entre los dos países. En los años 70, las conveniencias estratégicas de Pekín y Tokio, provocadas por la Guerra Fría, hicieron posible el restablecimiento de relaciones y el inicio de una época de colaboración económica. Sin embargo, nunca se ha producido una reconciliación verdadera. Japón y China tienen una fuerte dependencia económica mútua, pero también una desconfianza muy difícil de superar. 

miércoles, septiembre 19, 2012

Mucho más que unas islas



Las manifestaciones anti japonesas en China no son nada nuevo. Quizás ahora son más nutridas en participación y más violentas que en otras ocasiones, pero ya se han producido antes y por motivos similares. Esta vez la espoleta que ha hecho explotar la ira patriótica china ha sido la compra de las islas Senkaku por parte del Estado japones al ciudadano japonés que hasta ahora ostentaba su propiedad. No es que Japón haya decidido instalar misiles o una base militar, ni que haya decidido acelerar la explotación económica de este territorio, solamente ha pasado a ser de titularidad pública lo que hasta ahora era privado.
Desde Japón se tiene la sensación de ser el chivo expiatorio que usan las autoridades de Pekín para permitir que una parte de su ciudadanía suelte periódicamente la tensión acumulada por el hecho de vivir bajo un régimen dictatorial. Además, tampoco ayuda a que los japoneses comprendan las reclamaciones chinas el hecho de que el interés por este pequeño territorio haya aumentado a medida que ha ido creciendo la certidumbre de que esconde un tesoro en forma de materiales de gran importancia económica.
Muchos japoneses entienden que en China, y en otros países de la región, haya un resentimiento hacia su país por el imperialismo de la primera mitad del siglo XX, una herida que no se ha sabido cerrar definitivamente, bien por ceguera patriótica bien por la conveniencia de mantener viva la presencia de un enemigo externo. Lo que ya entienden pocos es que se les responsabilice a ellos de actos que cometieron sus abuelos o bisabuelos y por los que sus padres ya recibieron el castigo de millones de muertos civiles al final de la guerra y de una ocupación extranjera que todavía no ha terminado totalmente.
Porque Japón es un país con una fuerte presencia de tropas estadounidenses. Los americanos llegaron en 1945 para vigilar a los japoneses y luego dijeron que se quedaban para prtotegerlos. Si el emperoramiento de las relaciones entre China y Japón hace plausible un enfrentamiento armado –más o menos localizado–Estados Unidos podrá mostrar ante los japoneses que su presencia en el archipiélago es imprescindible para garantizar su seguridad, y que las molestias que causan sus bases, sobre todo en Okinawa, son un mal menor que no tienen más remedio que aceptar, para siempre o hasta que su país vuelva a tener suficiente músculo para hacer frente a la gran potencia continental.
De momento, lo que parece seguro es que la presente oleada de manifestaciones violentas contra Japón acelerará el proceso de deslocalización de muchas industrias niponas. Después de décadas usando el territorio chino como base para su expansión mundial, muchos empresarios japoneses han visto la necesidad de trasladar sus intalaciones a los países del sur de Asia, donde encuentran una mano de obra más barata que la China, menos burocracia y una actitud más receptiva por parte de la población.

lunes, septiembre 17, 2012

Diada con buen humor japonés


Este año viví la Diada pegado a un simpático señor vestido con chaqueta blanca de cantante de orquesta de entoldado de verano que llevaba un micrófono en la mano. Se trata de Tsuyoshi Yanagawa, guionista y reportero del programa Waratte Koraete, del canal Nippon TV, uno de los de mayor audiencia en Japón. Waratte Koraete es un espacio semanal presentado por el popularísimo cómico George Tokoro. Se inscribe dentro del género de variedades pero incluye videos grabados por sus equipos en distintas partes de Japón y del mundo, pequeñas ventanas alejadas de Tokio que muestran otras realidades con buen humor y sin demasiada frivolidad.
Yanagawa-san y dos realizadores están en Barcelona para abrir durante todo un año una de esas ventanas y mostrar aspectos interesantes, curiosos o divertidos de la ciudad, de Catalunya y del resto de España. Ya han enseñado a sus compatriotas las fiestas de San Fermín, algunas joyas de la arquitectura de Gaudí y los encantos de las tapas de la Barceloneta. Y a partir de ahora tienen una larga lista de temas a tratar, entre ellos los castellers y el cava en Catalunya, la pesca de atunes en Canarias o el flamenco en Andalucía.
El 11 de Setembre no era uno de sus objetivos originales, pero les ha venido al pelo para explicar a sus espectadores el hecho diferencial catalán. A la mayoría de japoneses todavía les sorprende que haya ciudadanos españoles que anteponen a esa condición el hecho de ser catalanes o bascos, y Waratte Koraete no ha querido hacer oídos sordos al clamor que lo rodeaba.
Su Diada comenzó la víspera en el Fossar de les Moreres y siguió por la mañana con las ofrendas de flores ante el monumento a Rafael de Casanova y la ceremonia institucional de la Ciutadella, donde los sorprendió el contraste entre los elegantes sombreros y las populares alpargatas de los Mossos d’Esquadra. Por la tarde, por supuesto, estuvieron entre la multitud que ocupó el centro de Barcelona, y como tantas otras personas tuvieron que cambiar varias veces de planes por la imposibilidad de moverse o comunicarse con normalidad.
Además de vivir de cerca todos estos actos, quisieron conocer los orígenes de tanta exaltación patriótica visitando el Museu d’Història de Catalunya de la mano de su director, Agustí Alcoberro, historiador experto nada más y nada menos que en la Guerra de Sucesión. No hay que olvidar que Waratte Koraete es un programa de variedades, y el Museu les permitió también tomarse la licencia lúdica de sopesar la armadura de un guerrero medieval o emularlo sobre un hermoso caballo de cartón piedra. Luego insistieron en ir al Parlament atraídos sobre todo por la ironía que encierra el edificio, construido como arsenal para sojuzgar Catalunya y hoy lugar de trabajo de los representantes de su pueblo.
“Como la mayoría de japoneses, no conocía la historia de la Diada. Ahora sé lo que significa y he tenido la impresión que muchos catalanes comparten un mismo sentimiento de identidad”, explicaba Yanagawa-san terminado el Onze de Setembre. Como va a estar meses entre nosotros y viajará fuera de Catalunya, tendrá  tiempo de elaborar un cuadro más completo de esta interesante y complicada realidad llamada España.

martes, junio 12, 2012

Nipponia nippon vuelve a Nippon

File:Ibis KIN.JPG
http://en.wikipedia.org/wiki/File:Ibis_KIN.JPG
Nipponia nippon desapareció hace tiempo de los cielos de Japón. Ahora, sin embargo, se intenta que vuelva a volar libremente sobre las islas que le dan nombre. El ibis nipón se fue extinguiendo coincidiendo con la modernización de los siglos XIX y XX. Ahora revive a duras penas gracias a grandes esfuerzos y a la colaboración de la potencia vecina, China. De hecho, el pájaro, a pesar de tener un nombre tan ligado con el archipiélago del extremo oriente, es una especie tradicionalmente compartida por Japón, China, Corea y Rusia. El nombre latino lo debemos al holandés Philipp fanzine von Siebold que ejerció como profesor de medicina en Japón y estudió su flora y fauna en el siglo XIX.
En Japón se siguen con mucho interés los esfuerzos por la recuperación de esta especie, al menos las noticias relacionadas tienen una gran presencia en los medios de comunicación. Hace un par de semanas escuché un informativo de la radio pública japonesa NHK de unos cincuenta minutos de duración que dedicó aproximadamente veinte a la puesta en libertad de una pareja de ibis. Y, más recientemente, un programa de la TBS que hablaba de la extinción y posterior recuperación tanto de los ibis como de las cigüeñas en Japón.
A partir de lo que he podido escuchar y leer últimamente, me ha quedado claro que ambas especies fueron víctimas de la modernización de Japón. El primer golpe que recibieron fue consecuencia del aumento de la superficie cultivada a partir del fin del feudalismo a finales del siglo XIX. En la época de Edo había cigüeñas y ibis en todo Japón, pero con el desarrollo agrícola que siguió a la llamada Revolución Meiji (1868) su hambre de ranas y otros bichos que viven en los campos de arroz las condenó a morir a manos de los campesinos, afanados para evitar que todo tipo de pájaros les dañaran las cosechas.
En el año 1892 se protegieron oficialmente de la caza las grúas y las golondrinas, pero cigüeñas y ibis no recibieron el indulto. Para remachar el clavo de su ataúd, durante la segunda guerra mundial se talaron muchos pinares -que son su hábitat favorito- para convertir la madera en combustible, y después de la guerra más para hacer campos de arroz. Además, fue aumentando el uso de pesticidas en la agricultura, lo que dañó la salud de las aves y la de su comida.
El resultado fue que en 1971 se extinguieron las cigüeñas como especie en libertad en Japón, y en 2003 las siguieron los ibis. Es decir, Japón se quedó sin ningún ejemplar de nipponia nippon sobrevolando. Eso sí, quedaron los individuos que en 1962 se habían capturado en previsión de su extinción. Desde entonces se han hecho varios intentos por criar las aves en cautividad, la mayoría sin éxito. Desde 1989 se han introducido en la naturaleza 27 ejemplares de cigüeña y 78 de ibis, muchos de ellos traídos de China, donde todavía quedan, aunque con las poblaciones también fuertemente diezmadas. De momento se ha confirmado la supervivencia de 17 cigüeñas y 45 ibis introducidos en la naturaleza. Muy poco a poco, Japón se va repoblando de cigüeñas y de nipponia nippon. ¿Qué futuro tendrá esta tendencia?

lunes, junio 04, 2012

Abrir temprano: ¿ahorro energético o estrategia comercial?


                                                                         Aeon es uno de los grupos que ha anunciado cambios de horarios.
Importantes cadenas de supermercados y centros comerciales japoneses han anunciado que durante el verano adelantarán su horario de apertura. En algunos casos pasarán de abrir a las nueve a hacerlo a las siete. La razón esgrimida es la necesidad de ahorrar energía para hacer frente a la carestía de electricidad que se prevé como consecuencia del parón de las centrales nucleares. Hay que tener en cuenta que en Japón el sol sale y se pone más temprano que en otros países (por ejemplo, mañana 5 de junio, en Tokio la salida está prevista para las 4:26 y la puesta para las 18:54).
Es posible que las circunstancias de este verano hayan acelerado la decisión de las empresas, pero el periodista Kazuhiro Shibuya (Nikkei Business Publications) duda de que el ahorro de electricidad sea el principal motivo. Entre otras cosas porque el horario de apertura se adelanta más que el de cierre, con lo que el computo global de horas comerciales aumenta. Según Shibuya, el  motivo principal del cambio de política comercial puede ser la voluntad de atraer a clientes jubilados, que tienen dinero y tiempo, y están habituados a levantarse temprano.

jueves, mayo 24, 2012

¿Bajará el número de luchadores extranjeros de sumo?


 Ahora que se ha apaciguado la polémica por las apuestas ilegales (y en general las relaciones del sumo con la yakuza, la mafia japonesa), se vuelve a hablar de uno de los fenómenos que afectan a esta lucha tradicional las últimas décadas: el elevado número de luchadores extranjeros. Esta mañana he estado escuchando en la emisora ​​TBS un interesante comentario sobre el tema del periodista Yuichiro Yamagata.
 El último gran torneo lo ha ganado el luchador que compite con el nombre de Kyokutenho. Su nombre legal es Masaru Ota, pero que nadie se preste a confusión, lo adoptó cuando adquirió la nacionalidad japonesa. Hasta entonces, este mongol de nacimiento se llamaba Nyamjavyn Tsevegnyam.
 Además, recientemente, el egipcio Abdelrahman Sharan se ha convertido en el primer luchador de origen africano en ganar una categoría, concretamente la más baja, jonokuchi. Sharan, que lucha como Osunaarashi Kintaro, se ha mostrado convencido de que llegará al máximo rango, yokozuna. Ya hace tiempo que pasó la época en que los hawaianos y samoanos eran la sensación en Japón. Ahora la mayoría son mongoles o ciudadanos de antiguas repúblicas soviéticas. Un africano todavía es una nota exótica.

En estos momentos, en los cuatro máximos rangos-yokozuna, ozeki, sekiwake y komusubi- hay once luchadores, cinco de ellos son extranjeros. En el conjunto de la máxima categoría del sumo -makuuchi- de los cuarenta y dos luchadores quince no son nacidos en Japón.
Pocos extranjeros en las categorías bajas
En los seis grandes torneos de sumo que se celebran cada año las luchas comienzan desde la mañana con las categorías más bajas. En las tres inferiores -sandanme, jonidan y jonokuchi- solo un 1,5% de los 457 luchadores son extranjeros. Pero como sólo se televisan los combates de la tarde, los de las categorías más altas, la sensación de los televidentes es que el número de luchadores de fuera es desproporcionado. Algunos dicen: "¡Está lleno de extranjeros! ¿Qué pasa, no hay japoneses que hagan sumo o qué? ". En realidad, lo que sucede es que los luchadores de otros países son chicos elegidos por sus grandes aptitudes y enseguida suben desde la categoría jonokuchi a la makuuchi.
Hace unos años no había ninguna restricción a la presencia de luchadores extranjeros. Ahora el límite es de uno por establo (son el equivalente a los clubes, el lugar donde entrenan y viven). Está por ver cuál es el efecto de esta limitación a medio y largo plazo. Yamagata se pregunta si veremos un futuro en el que no habrá luchadores extranjeros. Su presencia ha servido para mantener viva la llama de un deporte antiguo. Mucha gente, sin embargo, lo que quiere es ver luchadores japoneses combatir entre ellos y con extranjeros, no extranjeros que compiten con otros extranjeros.

Guerra contra los tatuajes en el Ayuntamiento de Osaka

El alcalde de Osaka, Toru Hashimoto, ha declarado la guerra a los tatuajes entre los funcionarios del ayuntamiento que preside. En Japón los tatuajes se han asociado siempre a la yakuza, la mafia autóctona. En la mayoría de baños públicos está prohibida la entrada a las personas que los llevan por temor a que ahuyenten a la mayoría de usuarios.
Hace poco hubo protestas porque un funcionario de los servicios sociales del Ayuntamiento de Osaka atemorizó a unos niños mostrándoles sus tatuajes. A raíz del incidente, el alcalde Hashimoto (cuyo padre se dijo durante la última campaña electoral que era miembro de la yakuza) impulsó un estudio entre los treinta mil empleados de la ciudad donde se les pedía que declarasen voluntariamente si llevaban alguna parte del cuerpo tatuada. En principio, el objetivo era hacer que los que tengan no estén en posiciones en que sea necesario tratar con el público, pero ahora parece que lo que se quiere es vetar los cuerpos tatuados en la Administración.
El resultado del estudio indica que hay poco más de cien funcionarios municipales con tatuajes, la mayoría en partes no visibles del cuerpo. Gran parte de ellos trabaja en el servicio de limpieza. Algunos empleados, sin embargo, se han negado a responder lo que consideran una intromisión en su privacidad.
Hashimoto, de 42 años, es un político populista que camina con pasos firmes hacia la escena nacional a base de actuar en materias que a menudo crean polémica. Hasta ahora se ha enfrentado a los sindicatos por la supresión de lo que considera privilegios inaceptables y ha recortado subvenciones y gastos que estima son un despilfarro.

jueves, mayo 10, 2012

Crónica desde el pueblo de The Cove

Para los que vieron ayer en Televisió de Catalunya The Cove, aquí abajo va la crónica que escribí hace un año y medio desde el pueblo para El Periódico de Catalunya.

 Por cierto, recuerdo que unos días antes de ir estuve hablando sobre la película con Fernándo Sánchez Dragó en Kyoto e hizo uno de sus impactantes comentarios:
"Dejar jugar a niños con delfines ahí es como poner a niños judíos a jugar delante de un campo de concentración nazi".
 Ahora dicen que en Taiji quieren usar una parte del lugar donde se produce la masacre anual precisamente para que la gente pueda nadar con los delfines.
A mí me repugna lo que hacen en Taiji, pero tampoco puedo dejar de preguntarme: ¿vale más la vida de un delfín que la de un cerdo?


Fachada del museo de las ballenas de taiji. Jordi Juste
CRÓNICA DESDE taiji
Información publicada en la página 11 de la sección de Mundo de la edición impresa de El Periódico del día 21 de julio de 2010

Miércoles, 21 de julio del 2010
Jordi Juste
Hace falta viajar tres horas en tren, desde Osaka, para llegar a Taiji, una idílica aldea de pescadores en la costa de Wakayama, en el sur de Honshu, la isla más grande de Japón. Solo llegar a la pequeña estación, tomada por el moho y el óxido, uno se da cuenta de porqué la vida de la gente de Taiji dependió durante siglos de la caza de cetáceos. La costa es agreste, la montaña está muy cerca del mar y los campos de arroz y otros cultivos son escasos y pequeños.
Para muchos japoneses, Taiji era conocido por ser el puerto desde donde muchos compatriotas habían emigrado en los siglos XIX y XX hacia América y por albergar parte de la flota ballenera del país. Tras la segunda guerra mundial, Japón era un país en ruinas y la carne de ballena una de las pocas fuentes de proteína animal para la población. Taiji vivió entonces una época de esplendor y fue la envidia de sus vecinos.
Ahora, a la aldea se la conoce por la matanza de delfines que tiene lugar cada año entre septiembre y marzo, mostrada en la película-documental The Cove. Cientos de delfines son empujados cada día hacia la costa por una flotilla armada con barras de hierro para crear un muro de sonido. Ahí son encerrados en una cala para que los compradores de todo el mundo escojan el animal con mayor potencial para el mundo del espectáculo. Los que no consiguen comprador son llevados a una recóndita cala donde son arponeados hasta la muerte, tiñiendo el mar de rojo.
El filme, ganador de un Oscar, ha podido ser finalmente proyectado en seis cines de Japón, provocando una gran variedad de respuestas. La extrema derecha cree que se trata de propaganda antijaponesa y pidió su prohibición; otros destacan su valor de denuncia de la venta de carne de delfín, que tiene un alto contenido en mercurio; también se han oído críticas al planteamiento como una aventura heroica, o se ha pedido pidiendo una mayor contextualización en el ámbito del sufrimiento animal.
En las calles de Taiji, monumentos, esculturas, mosaicos o dibujos en el mobiliario urbano, recuerdan a delfines y ballenas. La mitad de los menús que ofertan las cartas de los restaurantes son de carne de cetáceo. Hay un viejo barco ballenero varado para las visitas y un museo con delfinario y espectáculos que recuerdan lo entrañables que pueden ser estos mamíferos. Nadie parece querer hablar de la película o de la matanza que tiene lugar a escasos metros de ahí. Este es un pueblo que ha cazado cetáceos desde tiempo inmemorial y no cree que haya ninguna razón para dejar de hacerlo.
«Si hay cuestiones de salud o de conservación de la naturaleza es distinto, pero no puede ser que se critique la caza de delfines y ballenas porque dan lástima, también sufren otros animales que se sacrifican para comer» , comenta un turista que no verá la película. «El problema es que aquí la matanza es espectacular y el mar se llena de sangre, y por eso han podido hacer un documental muy dramático, pero cosas parecidas pasan en todo el mundo», añade una mujer de mediana de edad a las puertas del museo.




martes, mayo 01, 2012

Japón no está en crisis por falta de esfuerzo

El programa Sense ficció de Televisió de Catalunya emitió ayer el documental "El llegat de Sísif", donde se reflexiona sobre la salud de "la cultura del esfuerzo" y se sigue la labor de un profesor del Instituto Les Marines de Castelldefels que intenta inculcar a alumnos conflictivos el valor de esta virtud. Al mismo tiempo, se utiliza Japón para constatar que el valor del esfuerzo también ha sido cuestionado.
El trabajo muestra reflexiones interesantes de personas como el filósofo José Antonio Marina, el economista Álex Rovira, el escritor Quim Monzó, el sociólogo Richard Sennet o dicho profesor de Castelldefels y sus alumnos. También son enriquecedoras las breves apariciones de Amadeo Jensana o Montse Marí.
Ahora bien, del montaje de las imágenes y los testimonios nipones se extrae el mensaje que Japón está en crisis desde hace casi dos décadas precisamente por la pérdida de valoración del esfuerzo. Esto, lisa y llanamente, no es cierto.


Japón creció mucho y en poco tiempo, el poder adquisitivo de sus ciudadanos aumentó mientras la población creció y el gasto público se disparó, a menudo en forma de inversiones ruinosas. Además, se creó una burbuja financiera que hizo pensar que el país era aun más rico de lo que realmente era. La burbuja estalló y creó una losa de números rojos en el sector público y el privado. Asimismo, las industrias deslocalizaron parte de su producción porque la mano de obra nacional se había vuelto demasiado cara. Se acabó el contrato que justificaba la dedicación del trabajador a la empresa a cambio del puesto vitalicio. Los costes sociales de tener un trabajador fijo han hecho que muchas empresas prefieran utilizar personal aportado por empresas de trabajo temporal. Paralelamente, la población ha tocado techo y el envejecimiento ha ido avanzando inexorablemente.
El esfuerzo en Japón sigue estando muy bien valorado, aunque en una sociedad de 127 millones de personas cada día más heterogénea se puedan encontrar testimonios que indiquen lo contrario.

lunes, abril 23, 2012

Muchos tópicos y poca sustancia en el reportaje sobre Japón de El Magazine



El Magazine (La Vanguardia, La Nueva España, El Faro de Vigo...) publicaba ayer un reportaje sobre Japón. Bajo el titulo “¿Salvados por el orden?” parece querer explicar que la disciplina ha sido la gran fortaleza de Japón, pero que tras el tsunami de 2011 los propios japoneses la ponen en entredicho. Ni lo uno ni lo otro son mentira, pero el reportaje no construye un discurso coherente que me convenza.
Lo primero que salta a la vista son las fotos efectistas de Carles Mercader, buenas para una exposición artística pero que no aportan ninguna información a lo que se supone que es el tema que deberían ilustrar.  
En cuanto al texto, me da la sensación de que Gabi Martínez escribió una pieza más larga y que sufrió las tijeras del editor. Solo así me explico el síncope argumental con el que se teje ese pachwork de anécdotas, tópicos y opiniones deslavazadas. El único apoyo teórico es El crisantemo y la espada, libro escrito hace más de sesenta años por la antropóloga americana Ruth Benedict. Parece que Martínez ha leído poco más que eso sobre Japón, y que no conoce muy bien su historia contemporánea y su realidad más reciente. 
Por eso escribe cosas como:
“La familia está gobernada por los ancianos. El país por el Emperador”  (cuando cada vez es más raro que los abuelos vivan con o cerca de los hijos y nietos y el Emperador no manda nada)
“La meditación zen ayuda a la autodisciplina.”  (cuando es una práctica minoritaria)
“... por manos chinas mientras, a su vez, miles de trabajadores de aquel país se desloman en fábricas produciendo industrialmente, aunque en esto no se distinguen demasiado de los japoneses” (confundiendo las largas horas de trabajo de los japoneses en cualquier sector económico con las condiciones de trabajo en la industria china)
“Las máquinas expendedoras son un gran negocio, los clientes prefieren no tratar con dependientes” (cuando Japón es el paraíso del comercio, con tiendas de conveniencia por doquier y una gran profusión de excelentes establecimientos especializados que cuentan con personal competente)
“Los cómics manga y las consolas de videojuego son casi segundas pieles para millones de jóvenes y adultos” (cuando, a estas alturas, lo que se tendría que estar explicando es que la mayor parte de la población japonesa no es consumidora ni de los unos ni de las otras)
Etcétera.

martes, abril 17, 2012

Tome usted sus verduras y pague, ciudadano honesto

El otro día vi en en la tele una información sobre los robos en huertos de los alrededores de Barcelona, que están poniendo en peligro muchas explotaciones agrícolas modestas. En una de las imágenes se veía a un hombre de edad avanzada, pero aspecto saludable, que llevaba una bolsa con verduras que acababa de robar, y al campesino persiguiéndolo para obligarle a dejarlas. Me dio la sensación de que no era un robo por necesidad.Conociendo el país, me puedo imaginar que el ladrón debería pensar que no hacía ningún mal a nadie saliendo a pasear y volviendo a casa con un buen kilito de alcachofas para hacer una deliciosa tortilla. Es cierto que su delito, por sí solo, no le debería causar ningún gran daño al propietario cultivador de aquel pedazo de tierra. Pero no hay que ser un genio para entender los efectos de la generalización de esa actitud. Lo más grave es que lo que hacía aquel hombre denota una falta de conciencia general. Posiblemente, él ni se considera un ladrón. No quiero decir que su crimen sea equiparable al de los grupos organizados que por la noche roban la maquinaria de los campesinos o se cargan la cosecha entera y la cargan en camiones para luego venderla. Quizá desde un punto de vista de la ética individual sea menos grave, pero desde el punto de vista de la moral colectiva me parece más preocupante.
Viendo esas imágenes, me acordé del mujin hanbai, es decir, el sistema de venta directa de muchos campesinos japoneses, que dejan una repisa junto al huerto con bolsas de productos con el precio indicado y una hucha o una caja para meter el importe. He disfrutado de el método muchas veces en las afueras de Kyoto, una ciudad de más de un millón de habitantes (lo especifico para que quede claro que no hablo de una remota zona rural donde todos se conocen).
 Tengo amigos japoneses que tienen huertos y me han contado que "de vez en cuando, hay alguien que no paga, o alguien que pone menos dinero del que cuesta el producto", pero una inmensa mayoría sí paga lo que toca. Siempre que los oigo, tengo que explicar, mal que me pese, que en España al cabo de un rato ya habría desaparecido todo el producto, y al final del día no quedaría ni la hucha ni la repisa.

viernes, abril 13, 2012

Fiasco norcoreano y debilidad nipona

El fiasco en el despegue de un satélite norcoreano ha puesto de manifiesto la debilidad de Japón, una vez más. La información ha llegado tarde y de manera deficiente al gobierno y a la población. Es evidente que el margen de maniobra de Tokio para influir en los asuntos regionales es muy limitado. En este sentido, Japón parece más una colonia de Estados Unidos que un país independiente. Y, claro, a Estados Unidos, las dos coreas, China y Rusia ya les va bien así.

¿Seguridad nuclear o empleo seguro tras la jubilación?


El desastre de Fukushima no se entiende sin el amakudari, la colocación de altos funcionarios jubilados en empresas relacionadas con las áreas de las que se encargaban desde la Administración. Es una práctica muy extendida, que cada nuevo gobierno de Japón se compromete públicamente a combatir, pero que se mantiene más allá de los habituales relevos en la jefatura del poder ejecutivo.


Ahora se ha sabido que la agencia de investigación nuclear ha concedido contratos por unos ochenta millones de euros a dieciséis compañías que emplean a algunos de sus antiguos trabajadores. Es un caso más de los centenares en los que se crean unos lazos de obligaciones entre la Administración y la industria que hacen de la primera un instrumento al servicio de la segunda.


Normalmente se trata se un problema de uso inmoral de lo que es público y debería imparcial al servicio de unos intereses privados parciales. Pero en el caso de la energía nuclear se corre el riesgo de que el beneficio de una parte se anteponga a la seguridad de todos. Se ha visto en Fukushima y en numerosos otros casos desde que Japón se entregó al uso civil de la energía nuclear.

jueves, abril 12, 2012

No hay lugar para plebeyos en el trono del crisantemo

 Un grupo de expertos conservadores ha comunicado su oposición a permitir que las mujeres nacidas en el seno de la familia imperial japonesa mantengan el estatus después de casadas. Dicen que si se permitiera se pondría en peligro el linaje paterno de siglos de sangre imperial. La idea de permitir que las princesas lo sigan siendo tras crear sus familias se enmarca en el debate abierto por el hecho de que el príncipe heredero sólo tiene una hija y por tanto el segundo en la línea de sucesión es su sobrino, el príncipe Hisahito.

La Ley de la Casa Imperial estipula que las mujeres que se casan con plebeyos deben abandonar su estatus imperial. En la historia de Japón ha habido varias emperatrices reinantes, pero en la sucesión se ha mantenido siempre la línea paterna. Para responder a estas preocupaciones, el gobierno está estudiando la posibilidad de limitar las ramas femeninas, de modo que las mujeres podrían reinar pero sus hijos serían plebeyos.

martes, abril 10, 2012

Oposición regional a las nucleares en Kansai

El gobierno japonés se acerca a la decisión de poner en marcha dos reactores nucleares en la central de Oi, en la provincia de Fukui, mientras el alcalde de Osaka y los gobernadores de Kioto y Shiga quieren que sigan desconectados.
Los líderes locales desconfían de las previsiones de los burócratas y la compañía eléctrica propietaria de la central, que alertan de restricciones sin la energía producida en Oi. Piden que expliquen de donde sale el 20% de escasez energética que dicen que sufrirá la región de Kansai este verano sin la electricidad de Oi.
El gobierno central no está obligado a contar con la aprobación de los mandatarios municipales o provinciales, pero no puede ignorar la creciente popularidad del alcalde Hashimoto, que prepara su formación política para dar el salto a la política nacional en las próximas elecciones a la cámara baja del parlamento. Los líderes de la región piden más información y garantías de seguridad.

jueves, marzo 29, 2012

Ejecutados tres asesinos



Hoy han sido ejecutados en Japón tres presos, veinte meses después de la última ejecución de condenados a muerte. El anuncio lo ha hecho el ministro de Justicia, Toshio Ogawa, quien ha declarado que más del 80% de los japoneses está a favor de la pena de muerte, que estas personas habían sido condenadas por los tribunales y que él se ha limitado a transmitir la orden, tal como indica la ley.
Los ejecutados sonYasuaki Uwabe, de 48 años por el asesinato de cinco personas en la estación de Shimonoseki en 1999; Yatsutoshi Matsuda, de 44 años, por la muerte de dos mujeres en 2001 para robarlasy Tomoyuki Furusawa, de 46 años, que mató en 2002 a sus suegros (estaba en trámites de divorcioy al nieto de 12 años de los mismos.
En el año y ocho meses en que no ha habido ejecuciones, se han acumulado 31 nuevas condenas capitales, que han hecho que el número de reos que esperan su final haya aumentado a 132 (129 ahora). Entre ellos el más célebre es el líder de la secta Aum Shinrikyo, Shoko Asahara, que se hizo mundialmente famosa en 1995 por el ataque con gas sarín en el metro de Tokio, en el que murieron doce personas.
El presidente de la asociación japonesa de víctimas de crímenes se ha felicitado por las ejecuciones y ha pedido que continúen al ritmo adecuado. Por su parte, la Comisión contra la Pena de Muerte de la Asociación de Abogados ha reclamado que se abra un verdadero debate nacional sobre su abolición. 
Los condenados a muerte en Japón son informados de sus ejecuciones la mañana del día que serán llevadas a cabo, y las familias reciben la notificación cuando ya son un hecho. Según el Ministerio, se hace así para evitar el sufrimiento de los presos. En la cultura nipona está muy arraigada la idea de pagar por los errorescon la propia vida y se repiten periódicamente casos de asesinos que piden ser ejecutados.

Homenaje a Takiji Kobayashi

Cada 20 de febrero, en Otaru (Hokkaido) se rinde homenaje a Takiji Kobayashi, el autor de Kanikosen. Ante su tumba, se recuerda su vida comprometida y su muerte (en 1933 a manos de la policía imperial, que lo torturó por ser comunista).

Este año me uní a las decenas de seguidores que acuden desde todo el país. Yo estaba en la ciudad para asistir a un seminario internacional sobre su obra, y no quise perder la oportunidad de mostrar mi respeto a un intelectual que anheló la paz y la justicia y dedicó su trabajo y su vida a conseguirlas.
Tanto durante el acto en el camposanto nevado como durante las jornadas de estudio que siguieron, se repitió entre la concurrencia la pregunta de qué hubiera dicho y hecho Takiji (sus seguidores se refieren a él por el nombre de pila) ante las guerras y las injusticias que se han sucedido y se suceden desde su muerte hasta nuestros días. Sí, también las cometidas en nombre del comunismo.

miércoles, marzo 28, 2012

En la Universidad japonesa, Literatura no vende

Esta mañana, el poeta Yoji Arakawa hablaba en la radio sobre los cambios que ha experimentado la enseñanza de la literatura en Japón. Para empezar, muchas facultades de literatura han cambiado de nombre. Se ve que eso de "literatura" ahora ya no vende. Se dice que no tiene salidas profesionales. Y las antiguas facultades de letras se han rebautizado. Ahora dicen que son de Cultura Lingüística, Cultura de la Expresión, Técnicas de Expresión, Comunicación Cultural, Creatividad Cultural ... Todo menos Literatura.

Los estudiantes universitarios, presentes o potenciales, son tratados cada vez más como clientes, y se ve que esta palabra ahora no les sirve a los responsables del marketing académico. Que de las letras no se vive, no es una idea nueva, tampoco en Japón. Pero antes  estudiarlas  daba prestigio. Y ahora no. Según Arakawa, también es cada día más difícil aprender literatura fuera de la Universidad en Tokio, donde en 2005 cerró la escuela Shin Nihon Bungaku Gakko, fundada en la posguerra.

En cambio, en Osaka se mantiene la Osaka Bungaku Gakko, creada en 1954.Tiene unos dos mil estudiantes, incluyendo los que siguen los cursos a distancia. Los hay que van por afición, para adquirir lo que podríamos llamar conocimientos culturales básicos, pero muchos lo hacen porque pretenden vivir de la escritura. Las clases con más éxito son las de novela. Hasta ahora han pasado por la escuela, como alumnos, dos premios Akutagawa y tres premios Osamu Dazai. Y como profesores el premio Nobel Kenzaburo Oe y el propio Arakawa.

lunes, marzo 26, 2012

El Yamato, símbolo de los errores del pasado



Hoy a las 22:15 en el programa Cronos del Canal 33 se emite Els secrets del cuirassat Yamato.

El acorazado Yamato tuvo una gran carga simbólica para los japoneses, ya que representaba su gran capacidad tecnológica. Con sus 263 metros de longitud y 72.800 toneladas de peso se convirtió en el mayor barco jamás construido y en uno de los esfuerzos más absurdos de la historia, ya que en el momento de su botadura ya estaba claro que el arma decisiva en la guerra sería la aviación. Tenía que proteger el país del enemigo, pero se convirtió en una carga y la armada tuvo que dedicar grandes esfuerzos para protegerlo. Es un símbolo de una capacidad de organización y un tesón admirables puestos al servicio de una causa errónea y perjudicial para el que se entrega a ella y para el prójimo.

Finalmente, el 7 de abril de 1945 fue hundido en un ataque aéreo cuando se dirigía a Okinawa para dificultar la inevitable invasión americana.





Podéis leer más en mi crónica de septiembre de 2010 sobre el museo del Yamato en Kure:

Otaru, el decadente encanto del este de Hokkaido


Otaru es una ciudad de Hokkaido situada a más o menos media hora de Sapporo en tren. Antaño fue un importante punto de partida para la conquista japonesa del norte de Asia. Y ya antes había sido un lugar habitado por los ainu, la etnia que desplazaron los japoneses llegados del sur.
Tiene el decadente encanto de las ciudades que fueron más de lo que son. Hoy en día es una escapada para los que visitan Sapporo o una escala para los que acuden a las estaciones de esquí de los alrededores.
Para mí es la ciudad donde vivieron Sei Ito y, sobretodo, Takiji Kobayashi, el autor de Kanikosen.  

viernes, marzo 23, 2012

¿Mourinho? En Japón no pasaría


Llevo años vinculado al fútbol base japonés. Es decir, hablo con conocimiento de causa. Actitudes como las que se vieron durante el partido entre  el Villa-real y el Real Madrid son imposibles en Japón. ¿Por qué? Es fácil responder que el carácter de japoneses y españoles es distinto. No voy a negar la obviedad. Pero creo que para entender lo que sucede en el fútbol entre adultos es útil ver lo que pasa en los partidos de niños.
En España, desde que comienza el partido, los padres increpan al árbitro, los entrenadores ponen en duda su autoridad, los jugadores le hacen la vida imposible y el propio colegiado se lo toma todo como una afrenta personal. En cambio, en Japón se advierte a los padres de que ni siquiera se quejen, muchos entrenadores arbitran a su vez partidos, se insiste a los niños en que el juez es un amigo sin el cual no habría partido y los colegiados tratan de pasar desapercibidos.

Vidas solitarias, muertes tristes


En los últimos meses se han producido diversos casos de muertes solitarias en Japón. Personas encontradas días, semanas o hasta meses después de su muerte. En ocasiones se trataba de gente impedida o muy mayor, que vivía sola o acompanyada de una persona en circunstancias similares.
Paralelamente, las últimas estadísticas indican que por primera vez la media de personas que viven en cada hogar en Tokio ha bajado de las dos. Estos datos alertan una vez más de la necesidad de prepararse para lo inevitable, una sociedad con cada vez más gente dependiente y sin nadie que la cuide.